Por eso volvió a decirles: «Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas [...] Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Juan 10:7, 9-10
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